Otra importante apuesta fue la luz. Aprovechando que Eire está muy cerca del parque infantil se construyó con enormes ventanales. Las centrales de ambos lados pesan casi 250 kilogramos cada una.

 

 

En la siguiente foto, además del gran ventanal podemos observar 3 mesas, los colores de las mesas son roja, blanca y verde, al igual que la bandera de Irlanda.

 

 

También en la foto de arriba y la siguiente podemos observar la calidez del suelo de madera.

 

 

La barra, muy original, se hizo pensando en la comodidad. Se estudió hasta el último detalle: la ubicación de la cafetera, de los lavavajillas, de la escarchadora…, se instalaron grifos con agua caliente. Los motores de los tres cañeros se pusieron en el almacén, para no tener calor en el interior. En las 2 próximas fotos podéis observar detalles de la barra.

 

 

Aquí podemos observar un detalle del aire acondicionado. Se instaló un buen sistema de extracción y se renueva el aire constantemente. La vajilla es de calidad. ¡Qué menos os merecéis!

 

 

La decoración del bar es otro punto importante, de un gran valor sentimental. Muchas cosas que hay expuestas o en sus vitrinas son regalos de mis clientes, muchos de ellos, amigos. La mandíbula de tiburón, el microscopio, la espada hecha de un pez espada, el ajedrez del escaparate, el acordeón, el San Miguel de Aralar.

 

 

El cuadro escrito en gaélico, que quiere decir “Eres joven y eres viejo, y tienes un pie en cada orilla”.

 

 

En la siguiente foto podéis ver la puerta de salida, a la izquierda fijaos en una de las mesas especiales con tablero de ajedrez incorporado.

 

 

Otro importante punto es la limpieza. Sobre todo de los baños, que se desinfectan diariamente. Disponemos de baño para minusválidos.

 

 

Desde primavera se instala la terraza, y da mucha más vida al local. Está siempre muy solicitada.

 

“La verdad, hemos tenido mucha suerte en que personas como vosotros seáis nuestros clientes. Procuraremos no defraudaros.” Txema Iriberri